Su experiencia negativa del primer día no evitó que disfrutara el resto del viaje
A través de sus redes sociales, a finales de abril de este año la estudiante de medicina y creadora de contenido Alejandra Ruiz compartió la que ha sido su experiencia más extraña en Barcelona y la “hace hervir la sangre”, según dijo.
Alejandra decidió tomarlo con gracia y, aunque se sintió apenada, le explicó que no hablaba catalán, pero lejos de tratar de mejorar la comunicación pasando al español y realizar la venta, tomó una actitud obstinada y decidió irse lanza en ristre contra Alejandra.
“Esta mujer me empieza a repetir y a repetir y a repetir en catalán. Y yo lo único que hice fue decirle que solo quería un café y que iba a pagar por él, pero necesitaba que me ayudara a tomar la orden. Entonces ella empezó a gritar, pero que gritara no hacía que le entendiera”.
Su problema, insiste, no era que no escuchara, sino que no tenía conocimientos sobre el idioma local. No lo creyó necesario pues el 95% de los habitantes de Cataluña dicen hablar bien el español, según la Plataforma per la Llengua.
La cajera “no me dejaba de gritar, entonces me retiré. Salí de ahí humillada y sin café. Fue un maravilloso primer día”, bromeó y luego se propuso: “aprenderé catálan, ni a palo me vuelve a pasar esto”.